Ricchi e Poveri. Cómo olvidarlos.
Estos días en que el programa se afloja un poco (¿más?) porque las actividades abiertas al público en general comienzan a las 17:00 horas, hay ocasión de husmear con detenimiento entre los libros. Lo dicho: no pienso comprar uno solo. No entiendo, y creo que nadie entiende, por qué pueden costar tanto, ni qué ganan las editoriales con sus políticas absurdas. Por ejemplo, en el stand de Colofón, enorme y estupendamente bien surtido, hay botaderos donde se rematan cerros de títulos de la editorial Gredos, que normalmente son carísimos. ¿Por qué, alguien explíqueme, de pronto sí es posible rebajarlos? Y otra cosa: me revientan quienes traen sus mercancías sólo para exhibición —cosa que siempre ha pasado, y nunca he comprendido. Entiendo que se trata de cerrar tratos entre profesionales y blablablá, pero ¿qué diablos pierden con poner a la venta lo que exhiben? Nomás lo antojan a uno —pero igual no les iba a comprar nada.
Hoy el programa literario contempla, además del consabido Fuentes y sus adoradores, la presentación de escritores croatas, suizos, alemanes, un poeta portugués... Ya hubo coreanos, va a haber irlandeses... Total, que la feria se internacionaliza cada vez más —o esa impresión da—, y no es imposible que con un poco de voluntad uno halle, entre ese catálogo de desconocidos para el mundo hispanoamericano, algo que valga la pena. Pero sigo preguntándome cuál será, en realidad, la relevancia cultural de la FIL a nivel global: ¿es de verdad la cita indispensable, a la que nadie tendría que faltar? ¿O sólo llega a contar por los negocios que se cierran aquí?
Me asomé a la música del domingo en la noche en la explanada: la Orchestra Popolare Italiana. Le ponían mucha voluntad, pero esa música sólo puede sonar bien a condición de que uno esté borracho eufórico... Y de preferencia en un pueblito italiano: en un pueblito al que no llegue la radio, y nomás eso se pueda escuchar. ¡Locos frenéticos! Todavía traigo el sonsonete. ¿Por qué no trajeron a Ricchi e Poveri, mejor?
Publicado en la columna «¿Tienes feria?», del suplemento perFIL, en Mural, el martes 2 de diciembre de 2008.
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