Con una prosa despojada, de tensa desnudez, dejada ir con la naturalidad con que se extienden los recuerdos y las ensoñaciones, la historia elegida por David Miklos para cerrar su trilogía de novelas (La piel muerta y La gente extraña son los otros títulos) está armada no sólo con una notable voluntad de estilo —«Quise contar una historia a partir de los silencios», ha dicho el autor, y, en otro lado, apuntando a algo que se advierte (se va escuchando) desde las primeras líneas, que «todo responde a cierto ritmo musical»—, sino también con una suerte de encantamiento sostenido que acaso derive de las evocaciones que su lectura desata automáticamente en quien se somete a ella: dicho de otro modo, la materia de lo que aquí se cuenta es el camino de ida y vuelta entre los encuentros y los desencuentros, y quién no ha pasado por ahí.
(La hermana falsa, de David Miklos. Tusquets, 2008)
Publicado en el suplemento Primera Fila, en Mural, el viernes 3 de octubre de 2008.
1 comentarios:
wow, very special, i like it.
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