Podrá ser temible, angustioso o repugnante, pero el tiempo que nos ha tocado vivir es, qué duda cabe, interesante. Y, en su agitación, el tiempo mexicano es un surtidero inmejorable de asuntos para la invención literaria —cuyos hallazgos irán siempre a la zaga de los que resultan de un vistazo a la famosa realidad. Varios han dicho ya de esta novela que la caracteriza una voluntad de aceleración por medio de la cual se propone seguir el paso a la vida que todos los días vemos desaforarse en torno a nosotros. A un delincuente de medio pelo se le descompone el coche (robado) y, harto ya de la situación, decide dar el «gran golpe». Ahí comienza una historia que busca ser tan delirante como el tiempo de mentiras y mezquindades en que nos movemos. Y lo consigue, para fortuna de sus lectores, con solvencia narrativa y con un muy agradecible sentido del humor.
(No lo tomes personal, de Fernando Lobo. Mondadori, 2008)
Publicado en el suplemento Primera Fila, en Mural, el viernes 26 de septiembre de 2008.
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