Uno quisiera que Rafael Pérez Gay escribiera mucho más (y que muchos otros —como Carlos Fuentes, pongamos— se avinieran de una maldita vez al reposo definitivo). El caso es que es un gustazo que, por lo menos, se reedite lo suyo. Este libro, que data de hace 15 años, tiene un singular encanto —además, claro, del que hay en su estupenda factura, en la naturaleza irresistible de cada historia y de cada personaje, en el alto sentido del humor que exhibe—: ha envejecido como sus lectores originales lo hemos hecho. Procede de un tiempo en que, por ejemplo, se fumaba en los aviones, o en que podía causar sensación un estéreo marca Fisher. Y, sin embargo, no ha perdido un miligramo de su atractivo. Más allá de esta circunstancia, seguramente trivial, es un libro a veces conmovedor y a veces divertidísimo. Y, a veces, ambas cosas al mismo tiempo.div>
(Llamadas nocturnas, de Rafael Pérez Gay. Mondadori/Cal y Arena, 2008)
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(Llamadas nocturnas, de Rafael Pérez Gay. Mondadori/Cal y Arena, 2008)
Publicado en el suplemento Primera Fila, en Mural, el viernes 10 de octubre de 2008.
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