«Escribo porque soy incapaz de hacer un trabajo normal como los demás [...] Escribo porque estoy muy, muy enfadado con todos ustedes, con todo el mundo [...] Escribo porque sólo puedo soportar la realidad si la altero [...] Escribo para estar solo [...] Escribo porque la vida, el mundo, todo, es increíblemente hermoso y sorprendente [...] Escribo porque no consigo ser feliz. Escribo para ser feliz». Es lo que soltó el turco Orhan Pamuk en Estocolmo, al recibir el Premio Nobel de Literatura en 2006. Este volumen reúne, además de esa pieza (una pieza maestra), otros dos discursos, pronunciados también en ocasión de sendos reconocimientos: en conjunto, un credo en tres partes: un apasionado examen del oficio de escritor, y al mismo tiempo un retrato de cuerpo entero de uno de los autores más llamativos de la actualidad.
(La maleta de mi padre, de Orhan Pamuk. Mondadori/Siruela, 2008)
Publicado en el suplemento Primera Fila, en Mural, el viernes 10 de octubre de 2008.
1 comentarios:
Y yo que pensaba que era maleta. Se le fue a Roth su Nobel de nuevo mi estimado JIC
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