Si todo sale bien (es decir: si todo sale mal), Felipe Calderón inaugurará hoy la FIL. El recuerdo que dejaron los únicos dos Presidentes que se han dignado pararse en la Feria no es muy grato: el día que vino Vicente Fox fue una lata para el público porque la seguridad entorpeció odiosamente las actividades, y el día que vino Salinas... bueno, quién va a recordar con cariño la visita de Salinas. El caso es que el Rector ya anunció que Calderón se apersonará. ¿Qué hacer? ¿Esperar a que el Estado Mayor Presidencial, una vez terminados el acto y el paseíllo, se retire de Expo Guadalajara y de las inmediaciones y los civiles podamos circular libremente? ¿O resignarse a empezar la Feria de este año pasando corajes? Porque los políticos, del bando que sean, con su sola presencia lo mejor que saben hacer es estorbar. Son un fastidio.
Aunque, pensándolo bien, valdrá la pena estar ahí si Fernando del Paso, a la hora de recibir el Premio FIL —basta de eufemismos: el Premio Juan Rulfo, como bien dijo él mismo cuando se anunció que lo había ganado—, se avienta a decirle dos o tres cositas, que de seguro quiere decirle, a Felipe Calderón. No hay que olvidar la militancia de Del Paso en la campaña presidencial de López Obrador, y cómo llegó a alzar la voz en el Zócalo en julio de 2006. ¿Será que, teniéndolo cerquita, aprovechará la ocasión para seguir reclamándole? Por lo pronto, los organizadores de la Feria ya han restringido considerablemente el acceso a la prensa, y me temo que será endiabladamente difícil colarse. El relajo presidencial, como sea, pasará pronto, y lo importante en todo caso es que la Feria comienza.
Mal hecho: este año me he olvidado de mi tradicional tratamiento preventivo de vitamina B12 (cinco inyecciones, espesas las malditas), y espero no ir a rodar por una rampa o en pleno pabellón de Colombia, a media semana, exhausto. Pero tengo la impresión, acaso ingenua, de que el programa de actividades está más tranquilo que otras veces. Tranquilo tirando a aburrido. Decidido, como estoy, a ahorrarme la comparecencia en los actos de las grandes personalidades de siempre (Carlos Fuentes y similares), que difícilmente tienen nada interesante que decir, mi propósito ahora es curiosear en las presentaciones más discretas (autores jóvenes o de geografías distantes, pongamos), y concentrarme en lo que hagan los escasos escritores que verdaderamente me interesan, como Antonio Muñoz Molina o Rubem Fonseca. Y Álvaro Mutis, desde luego, y Del Paso. Lástima que este año no viene Ana Colchero. Pero pienso: qué bueno: es mejor para los dos. (Alguien ha querido alegrarme diciendo que estará Kate del Castillo. Valiente consuelo).
Estoy por resolver si este año, como otro, compraré libros a granel, o si mejor boicotearé a la industria editorial por carera. Pero eso tengo que decidirlo hasta después de echar un primer vistazo. De lo que sí tengo ganas es de ver qué trae Colombia, que ciertamente es mucho más que Shakira, Botero y García Márquez. Por ejemplo, en el Museo Regional hay una exposición titulada «Me gustas mucho tú», de un colectivo bogotano llamado Populardelujo: una manera muy divertida de conocer cómo nos entienden y nos imaginan a los mexicanos desde allá. Conviene ir, además para despejarse tantito del ajetreo en Expo Guadalajara. Pero, por ahora, ni modo: a sumergirnos, a ver qué tal nos va. ¡Empezamos! (nomás que se largue Calderón).
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Aunque, pensándolo bien, valdrá la pena estar ahí si Fernando del Paso, a la hora de recibir el Premio FIL —basta de eufemismos: el Premio Juan Rulfo, como bien dijo él mismo cuando se anunció que lo había ganado—, se avienta a decirle dos o tres cositas, que de seguro quiere decirle, a Felipe Calderón. No hay que olvidar la militancia de Del Paso en la campaña presidencial de López Obrador, y cómo llegó a alzar la voz en el Zócalo en julio de 2006. ¿Será que, teniéndolo cerquita, aprovechará la ocasión para seguir reclamándole? Por lo pronto, los organizadores de la Feria ya han restringido considerablemente el acceso a la prensa, y me temo que será endiabladamente difícil colarse. El relajo presidencial, como sea, pasará pronto, y lo importante en todo caso es que la Feria comienza.
Mal hecho: este año me he olvidado de mi tradicional tratamiento preventivo de vitamina B12 (cinco inyecciones, espesas las malditas), y espero no ir a rodar por una rampa o en pleno pabellón de Colombia, a media semana, exhausto. Pero tengo la impresión, acaso ingenua, de que el programa de actividades está más tranquilo que otras veces. Tranquilo tirando a aburrido. Decidido, como estoy, a ahorrarme la comparecencia en los actos de las grandes personalidades de siempre (Carlos Fuentes y similares), que difícilmente tienen nada interesante que decir, mi propósito ahora es curiosear en las presentaciones más discretas (autores jóvenes o de geografías distantes, pongamos), y concentrarme en lo que hagan los escasos escritores que verdaderamente me interesan, como Antonio Muñoz Molina o Rubem Fonseca. Y Álvaro Mutis, desde luego, y Del Paso. Lástima que este año no viene Ana Colchero. Pero pienso: qué bueno: es mejor para los dos. (Alguien ha querido alegrarme diciendo que estará Kate del Castillo. Valiente consuelo).
Estoy por resolver si este año, como otro, compraré libros a granel, o si mejor boicotearé a la industria editorial por carera. Pero eso tengo que decidirlo hasta después de echar un primer vistazo. De lo que sí tengo ganas es de ver qué trae Colombia, que ciertamente es mucho más que Shakira, Botero y García Márquez. Por ejemplo, en el Museo Regional hay una exposición titulada «Me gustas mucho tú», de un colectivo bogotano llamado Populardelujo: una manera muy divertida de conocer cómo nos entienden y nos imaginan a los mexicanos desde allá. Conviene ir, además para despejarse tantito del ajetreo en Expo Guadalajara. Pero, por ahora, ni modo: a sumergirnos, a ver qué tal nos va. ¡Empezamos! (nomás que se largue Calderón).
Publicado en la columna «¿Tienes feria?», en el suplemento perFIL, de Mural, el sábado 24 de noviembre de 2007.
3 comentarios:
Hola profe;
He comenzado a leer su blog y estoy empezando a seguir sus consejos de como siempre debemos escribir bien, por que podemos....
Solo quería dejarle un saludo, yo en cambio espero la FIL con ansias por los descuentos en libros de foto y de la editorial Taschen, en esta época del año es cuando digo demonios por que no soy rico para comprar el nuevo libro del fotografo David Lachapelle.
estoy empezando a escribir en mi flog... www.fotolog.com/marioferrer
poco a poco iré puliendolo, chequelo...
Esta FIL será un poco difícil, resulta que es la última semana de clases, así que tendré que volarme alguna por ahi del jueves o viernes. Que cosa tan terrible o si no ya de plano ir junto con la chusma (y estudiantes obligados a darse un paseito por la expo) a conseguir algunos títulos.
Si la cultura tuviera algo que ver con la política; los presidentes no tendrían la necesidad de parecer cultos presentándose en la Fil.
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