Al pensar en el lema que la FIL adoptó desde el año pasado, «Somos lectores», se me ocurren varias preguntas: ¿quiénes? Ya en varias presentaciones he oído que los participantes se admiran de que la feria esté atestada de gente, y que encuentran en esa impresión un desmentido de las estadísticas que promulgan cómo México es un país donde se lee poquísimo. Puede que en Expo Guadalajara se encuentren, en un momento dado, la mayoría de los lectores que hay en la ciudad, pero sigue tratándose de una porción muy reducida de la población: ¿cuántos lectores somos? Otra pregunta es: ¿de qué? Según lo que puedo constatar al observar la conducta de la gente en los stands, de libros famosos (porque sus autores lo son o por la publicidad que se les da), de libros «obligados» (aquellos que la gente se siente impelida a comprar porque cree que hay que leerlos, como los de autoayuda, por ejemplo, o los de autores de los que todo mundo habla siempre), de libros baratos (de lo que sea: el chiste es que rinda el presupuesto). Pero aquí hay que distinguir entre compradores de libros y lectores: podrá cuantificarse el volumen de ventas de cada edición de la feria, pero de ahí a investigar cuántos consumidores son realmente lectores hay un misterio (y las encuestas siempre son engañosas: la gente tiende a responder que sí lee porque negarlo está mal visto y debe evitarse).
Con todo, creo que es preferible que los libros estén al alcance de sus posibles lectores, como sucede aquí. En lo que respecta a los jóvenes, si entre las hordas que vienen hay al menos un puñado que encuentren un título decisivo, algo se habrá ganado. El miércoles fui a la presentación de Los ojos de Lía, de Yuri Herrera, publicado por Sexto Piso: es un libro para niños/adolescentes que me pareció particularmente interesante por su cometido, pues pretende ofrecer una respuesta ante el horror imperante en este país violento y violentado: ¿cómo lo ven y lo padecen los más jóvenes, cómo podrían mantenerse a salvo? No es tema menor, y Herrera lo ha encarado con una historia bellamente contada que ofrece una plausible esperanza. El autor es uno de los que más admirablemente se han ocupado de este presente enloquecido en dos magníficas novelas, Trabajos del reino y Señales que precederán al fin del mundo, y es de celebrarse que ahora haya escrito esto para quienes empiezan a leer.
Este viernes es la venta nocturna, y habrá que aprovechar lo que se pueda, si es que de verdad habrá descuentos atractivos (veo con espanto que no he comprado ningún libro de menos de 250 pesos). El programa me traerá corriendo de un lado a otro, con varios autores que quiero oír: el poeta chileno Raúl Zurita, la narradora mexicana Ana García Bergua, que presenta nueva novela, el israelí Etgar Keret (para ir anticipando lo que podrá esperarse cuando su país sea el invitado en año que entra), además del Encuentro Internacional de Periodistas, que se ha puesto bueno. Será día de gentío: hay que hacerse a la idea.
Publicado en la columna «¿Tienes feria?», en el suplemento perFIL de Mural, el viernes 30 de noviembre de 2012.
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