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En el caos
(El hombre del salto, de Don DeLillo. Seix Barral, 2007)

Es posible que la mejor literatura sea la que surge en tiempos de guerra —o en la devastación que sigue, o en la perplejidad infinita que propicia el caos. Y, seguramente, tal literatura es acaso lo único que ayude a entender qué se ha vuelto el mundo luego de haber volado en pedazos. Esta novela se inscribe en la tradición —la nueva literatura de guerra, cuyos frutos van madurando a nuestra vista— nacida el 11 de septiembre de 2001. DeLillo explica así su origen: «...la imagen era un hombre caminando entre una nube de humo, de polvo y ceniza. Por algún motivo era importante que llevara en la mano un maletín... Lo siguiente que comprendí fue que el maletín que ese hombre llevaba en la mano no era suyo. Y eso planteaba un misterio que yo tenía que resolver escribiendo. Así que empecé a escribir».


Un «juguete»
(Fricción, de Eloy Urroz. Alfaguara, 2008)

«Ésta es mi novela procaz, mi novela lúdica e irreverente», ha dicho Eloy Urroz de Fricción, palabras más, palabras menos, en diferentes oportunidades. También que con ella ha querido anotarse en la fila donde están formados Rabelais, Cervantes, Joyce o el Fernando del Paso de Palinuro de México. Además, que es «estrafalaria, carnavalesca, escatológica y con mucha comicidad». Y que por eso están metidos Pancho Villa o Sergio Pitol, Karl Popper, Empédocles o José Donoso. Etcétera. Ah, y que es «un juguete para adultos que invita al lector a participar de un juego virtual» (el lector, por ejemplo, es uno de los personajes). Y también: «abordo la forma en que amamos, odiamos, alucinamos, detestamos, nos enojamos, pero no desde una moralina. Destesto las novelas edificantes, me burlo del libro de superación personal». ¿Quién se anima?

Publicado en el suplemento Primera Fila, en Mural, el viernes 25 de abril de 2008.
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