Samuel Pepys, bloguero


«¿Qué diría usted de un hombre que odiase el deporte y prefiriera tocar la viola y el flautín; de un convidado lo bastante grosero como para desgarrar la carne con sus dedos pero lo suficientemente refinado como para dominar el latín, el francés o el español como si fuera su lengua materna; de un alto funcionario pasional que gesticulase sin ninguna discreción; de un gentleman irascible y violento que destrozara los muebles, diese un puntapié en el trasero de su cocinera y pusiera a su mujer un ojo a la funerala?». La pregunta es de Paul Morand, que prologó la primera edición en francés de los Diarios (1600-1669) de Samuel Pepys, uno de los miserables más entrañables que habrán existido. «Usted diría», contestó el francesísimo Morand, «sin duda, que tal hombre, si existió, no pudo haber nacido en el otro lado del Canal de la Mancha. Y sin embargo es un hecho: Pepys existió y era inglés».
Ahora bien: no sólo existió: sigue escribiendo en su diario, sólo que ahora —claro— es un blog. Qué más da que la entrada más reciente, la del 12 de junio, sea de 2008 o de 1665. Es un portento. Pasen ustedes, si son tan amables, a visitarlo por aquí. Imprimir esto

2 comentarios:

Alejandro Vargas dijo...
15 de junio de 2008, 20:01

Vaya...que sujeto tan "cómico".

Anónimo dijo...
18 de junio de 2008, 20:01

Hola, José Israel... El blog es una pequeña maravilla: claro, así es como podría haber sido... Y, desde luego, lo importante no es la "tecnología" sino lo que Pepys hizo con ella. Se agradece la recomendación.

El enlace de arriba lleva a un blog temporal que he puesto, porque el otro se descompuso. Un abrazo,

Alberto

PD. Saludos de Raquel