La más bonita

Buena parte de los mexicanos, entre los que aún resollamos y los que ya se nos adelantaron —y si no es que todos—, supimos alguna vez que en cierto concurso el Himno Nacional quedó en segundo lugar, después de «La Marsellesa». Dónde y cuándo se celebró dicho concurso, quién lo organizó y por qué son preguntas para las que no existen respuestas. Vaya: tal información, un artículo de fe del que era improcedente descreer, podía incluso prescindir de toda explicación: la composición de Bocanegra y Nunó era la segunda más linda del mundo, sólo por debajo del canto revolucionario francés. (Alguna vez Jorge Ibargüengoitia, tan dado a reparar en los modos en que la historia patria se inocula en el entendimiento de los mexicanos, a menudo tan arbitrariamente, declaraba su perplejidad ante esta noticia sobre nuestro himno que muchos supimos en la infancia, y recordaba otra que seguramente también muchos conocieron en su tiempo —y que, sin embargo, cabe suponer que ya no brincó de una generación a la siguiente—: que en otro concurso —igual: quién sabe dónde, quién sabe por qué—, los soldados mexicanos también habían participado, pero con mejores resultados, pues habrían vencido en pruebas de resistencia a los prusianos, los franceses, los gringos...).
En días pasados, el diario español 20 Minutos lanzó, ahora sí, un concurso, «La bandera más bonita del mundo». Hasta el mediodía del miércoles, ya en las etapas finales de eliminación, entre las 40 banderas que iban quedando como favoritas entre los votantes —cuyo parecer se ha recabado por internet—, la mexicana seguía en segundo lugar, luego de la peruana y con gran ventaja (más de 50 mil votos) por encima de las de Guatemala, Costa Rica y la República Dominicana, por mencionar sólo a las cinco primeras. El concurso, ideado por un usuario del sitio web del diario, concluirá el 7 de julio, de modo que hay todavía oportunidad de que los peruanos sigan votando por la bandera peruana, los nepaleses por la nepalesa y los etíopes por la de Etiopía (que está bien padre, dicho sea de paso). Aparte de lo enormísimamente ocioso que es esto, ¿no es de suponerse que así, en efecto, es como se vota? Porque si a uno, mexicano, le parece más bonita la bandera de Japón, pongamos, ¿cómo podrá favorecerla si creció con la creencia de que lo nuestro —el himno, o la comida, o la música, o el traje típico, o lo que sea— tendría que estar, pero no está, en primerísimo lugar? Si no fuera por Lupita Jones...
Brevemente, y para que no se vaya limpio: el Gobernador González («Emilio» que le diga Guzmán, el meteorólogo chafa) ha de estar haciendo chile con el rabo porque el Cardenal quiso que le regresaran el donativo, con todo y que, con su habitual displicencia, desestime la importancia del desaire y diga que lo vería «como una anécdota de Gobierno, una anécdota social» (sí, tú). Pero esa «anécdota», con sus consecuencias, sigue siendo una afrenta mayúscula que la sociedad —ojalá— no va a olvidar.

Publicado en la columna «La menor importancia», en Mural, el viernes 20 de junio de 2008.



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5 comentarios:

Anónimo dijo...
20 de junio de 2008, 12:08

Cuánta nostalgia me provocó tu artículo (excepto el último párrafo, claro) ¡gulp! los años hacen estragos en mí. Pero muy padre.

Víctor Cabrera dijo...
20 de junio de 2008, 14:30

92. Me acuerdo de aquel canto patrio (que más bien parecía funerario): "¡Oh, Santa Bandera!,/ de heroicos carmines..."

Alejandro Vargas dijo...
20 de junio de 2008, 21:44

Ganó el himno el segundo lugar (o perdió el primero) por lo largo qué es?

Héctor Macías dijo...
21 de junio de 2008, 2:21

Que tal Israel !

Yo no sé pero tengo que decir que me encanta la bandera de España, y aunque la mexicana está en mi segundo lugar, las del Perú y Etiopía estan bien pero no es para tanto, jejeje.

Como quizá se dio cuenta, tengo un blog con blogger que acabo de iniciar, sí, ya retomé el rollo de los blogs después del abandono repentino del anterior. Puse su blog como recomendación, ya que la verdad si es recomendable.

Saludos y Suerte, nos vemos el prox miércoles en el taller de escritura creativa.

Mi Blog:

http://h3bohemian.blogspot.com/

Octavio Aguirre dijo...
24 de junio de 2008, 0:34

Juar juar, quién diría que lo único que el mexicano respeta, más que un domingo futbolero, fuera condecorado y tan altamente olvidado frecuentemente.

Eso de cantar el himno nacional o ponerse de pie mientras lo tocan, al igual que saludar a la bandera, se hace como la costumbre de ir a misa: cada día da mas hueva.

En fin, como buenos mexicanos, lo cantaremos con orgullo cuando juege la perdición mexicana.